miércoles, 23 de julio de 2008
Primera escena… Al despertar sin saber donde estar.
Despierto después de un largo sueño y me encuentro aquí parado inmóvil en esta tarima, miro a mí alrededor y solo veo..... ¿Qué es lo que veo?... Es difícil distinguir; parece ser un anfiteatro o un teatro, a lo lejos diviso algo, serán sombras que entre tanta oscuridad afloran como títeres en un cumpleaños, o es que serán imágenes que creía solo haber visto en mis más oscuros sueños, o peor serán recuerdos que ya había creído olvidados. Sea lo que sea creo no a verlas visto nunca solo en esta escena, pero ¿por que estoy parado aquí si yo nunca fui actor?
Sigo inmóvil en este tan húmedo tablón, madera que solo expresa una precaria escenografía y que refleja el olvido y descuido de la gente que la administraba, siento un peculiar olor, ¿es el humo de unos cigarrillos?, ¡¡que extraño!! no se de donde viene, si por lo visto soy el único aquí, este humo me causa un fuerte deseo de fumar, ya que para mí es la perpetua vía de escape a tantas pésimas situaciones que viví, que no logre, que falle o por que no decirlo ahora, a tantas pésimas actuaciones que ya realice. Tengo un sentimiento de extrañes, de locura, de asfixia, este ambiente causa en mi un cierto desagrado, causa un repudio a tan precario guión que no hace mas que reafirmar mi idea de tal mal director, que ve un triunfo; galardones y hasta un Oscar, en donde yo solo puedo ver; mano de obra barata, la falta de capital que si existía, falta sentimiento, con el deterioro de pasión en la de un montaje que en su recorrido solo trajo la desolación. Pero ¿por que falta capital? Si en nuestra sociedad se limpian la boca argumentando el avance y financiamiento en las artes escénicas que para tan ambicioso proyecto solo tablas y ratones hay que admirar.
Siguiendo en la escena no comprendo lo me sucede, que es este sentimiento de angustia que aflora a ratos y que me pide a gritos no reprimir más, no guardar tantas ideas que verdaderamente quiero actuar, es el sentimiento de culpa que mirando hacia un pasado desolad, que con la vergüenza de una escena solo hace el desquite y nada más, donde el poder fue más fuerte que el hombre, en donde compañías teatrales se enfrentaron en un denominado telón de hierro, en el cual trataron de actuar de manera racional aludiendo a ese pésimo animal, mirado hacia un presente sin pasado y hacia el futuro desolado, tan incierto, como el de aquellos actores que nunca llegaron a la siguiente escena, transformando en enigma su presentación, donde todavía hoy el público reclama por su reaparición en el elenco principal, donde tal disputa solo nos presenta el tercermundismo gobernante, donde el sesgo político se hace presente y de la libertad ni hablar, solo es acatar para así poder por unos minutos respirar. Es que mirando hacia el pasado vemos un futuro desolado, pero no me cave duda de que tal poder sofista solo es momentáneo, ya que no olvidéis que......siempre existe una segunda escena.
Segunda escena… detrás de bambalinas solo queda el pensar
Eh me aquí parado, solo y desolado, eh me aquí anclado en un monologo del que no se, del que nunca me aprendí y que nunca me leí, yo no sabia que la vida era así, ni me dí cuenta que solo debía vender y vender mi vida ante tal creación literaria y cuando mi madre gritaba yo solo reía, era ese entonces cuando ella quería decirme tantas cosas que nunca asimile, que nunca soporte, que la vida era esto y esto otro, que la vida pasa, que las paginas se llenan de tanta mierda, de tanta pésima escritura, de tantos pésimos actores, de tanto sufrimiento y … de tanta soledad… Me pregunto ¿acaso alguna vez estuvimos preparados para tanta verdad, para tanta soledad? ¡Caramba! para tanta incertidumbre, rió ¡ja ja já! que irónico, claro que es irónico ya que creer en tantas mentiras que a través de la historia solo han dado luz a que las cosas nunca se han escrito bien y que la mano de este guionista solo tuvo que hacer una cosa y es el dejar al hombre ante la imposibilidad, ante la idea del ser y no ser, ante la idea de vació… ¡vació!… que vació hay en mi alma en mi historia en mi pesar es un sentimiento que no puedo disfrutar, es un sentimiento que solo padecen y gozan cierto grupo de actores que ya no solo hacen obras de gran ingeniosidad, si no que hacen sus propios montajes con miradas de un pasado solitario y un futuro tan azaroso, que consigo trae cambios. Cambios para quién; ¿para mí? ¿Para el mundo? o ¿para él?, ¡para quien? Es la mirada que solo algunos pueden gozar, es un síntoma que solo el que sabe de su presagio comprenderá, que con tal gravedad solo una pluma y su papel lo podrán cambiar. Es la incertidumbre de si acaso podrá y Logrará asimilar y disfrutar tales anomalías que para el sentido común, o para la ciencia del llamado Estado son un problema que hay que erradicar. ¡¡¡Erradicar!!!… ¿erradicar que?
Estoy estancado en esta escena donde cada vez son más visibles mis pares, donde diviso a otros actores tan pésimos como yo, donde logro diferenciar entre tan cruda alucinación que no me dejaba pensar, donde esta mi realidad tan factual como el cierre del telón dando paso a una pausa y un motivo a cambiar, para preparadnos para la siguiente escena, donde cada vez distingo menos mi escenario.
Es esta la obra cúspide en la historia de tantas malas funciones ya presentadas, es el presagio de un final o el devenir de una obra magistral. Termina esta escena con la notoriedad de no saber si algo salió mal o mejor dicho, no querer asimilar nuestra absurda realidad, se baja el telón de manera tan brusca que no alcanzo a ubicarme detrás, es donde ahora si veo la soledad, soledad que nunca había vivido de tan cerca, soledad que solo había contemplado en otras funciones donde el elenco es el producto de una especie de propaganda mediática. El descanso continua pero me es difícil respirar, siento frió, las noches cada vez se hacen más heladas y sofocantes, mis sueños se transforman en aterradoras pesadillas que solo reflejan amargura y angustia de no haber superado realidades de mi YO.
Camino y camino en estos húmedos tablones, donde no hay más que aire asfixiante y una cortina de neblina que demora mi pasar, busco ayuda, pero solo encuentro desolación y abundante silencio, este silencio tan devastador como si fuera una bomba que mata, pero de la manera más atroz, lentamente. Me ubico en una esquina desde este tan grande lugar, si bien ya eh descubierto que por alguna razón soy actor solo me queda el pensar en que papel mañana voy a evocar.
Tercera escena… En la escena cotidiana…
Estoy parado inmóvil en esta tarima han pasado horas y aun no comprendo por que estoy aquí, todo se vuelve una imagen tan desfragmentada como lo ha sido toda la historia humana que solo ha buscado una respuesta, que solo ha buscado el placer del saber, los por que se han vuelto perpetuos y sin escapatorias, de esta atormentada locura, locura que no me hace más que cuestionar y criticar esta travesía por la egoísta y cruel sociedad, sociedad en la cual yo no elijó, si no que asumo un papel ya designado, asumo un rol insignificante en esta función que no da mas cabida a una respuesta y es que al bajar el telón solo apreciaré esta ...¡¡¡soledad!!... Soledad que se refleja en el pensamiento cotidiano del sujeto moderno, del sujeto-objeto, de ese que es consumo de su producción, es el narcicismo imperante de la imagen en el espejo roto, esa fractura del espacio y tiempo que solo busca esa surrealidad. Es así como avanza tal presagio, tan absurdo de esta vida actoral, es que no es fácil como el sujeto ah tenido que ver y vivir su propio pesar. Es esa triste historia de nunca acabar, la del incierto con ese cuestionar.
Ya no se cuanto tiempo a pasado desde mi despertar, es que aquí pareciera que no existiera el tiempo-espacio, si no que solo ese ambiente de nostalgia envuelto de un profundo acomplejar. Son solo palabras bosquejadas al mirar, mirar este desierto tan fragmental, de una escena que pareciese nunca terminar, son horas de encierro en este tan húmedo lugar, son minutos de silencio en este mundo especular, segundos de espanto detrás de aquellas sombras en la tarima fantasmal. Son sentimientos que se repiten y repinten en mí pasar, trato de pensar con que personaje me desenvolvería mejor en este cuadro demencial, son muchas las caretas y personajes que a través de la vida asumimos sin ni siquiera poder audicionar, es que cada papel se queda en el silencio de la mas infame represión, de la mas absurda confusión, son personajes que no ven la luz desde cada rincón si no que , un minúsculo rayo de espanto cuando florece tal miedo sin razón, al que apodan locura por su ilusión, es que es una ilusión el ver la vida sin ninguna barrera vivencial. Es que a caso tal historia humana nos ha enseñado a ser infames con tales anomias para el sentido común y a para su corporación predominante, es que estoy cansado de ser la escoria de un elenco de discordia, es que es así como avanza la historia del sujeto, de su contrariedad, de su complejidad, es la historia de una escena olvidada, de un fragmento trastocado por el encierro mediático de una sociedad que no da cabida con tanto consumo de producción de excedentes, es que tal vacio social se demuestra en la búsqueda de ese objeto transicional, o la del objeto especular, es la metáfora de que detrás de el espejo se encontraría el objeto real, el deseo primordial. Es esa búsqueda incesante de la satisfacción sexual, que se traspasa al diario vivencial, es la vuelta y vuelta de un presagio que nunca lograra solucionar.
Ya estoy exhausto, mi cuerpo no da más, creo que no puedo seguir mas, es un agotamiento que carcome cada paso que voy a actuar, es que mi síntoma es la de una sociedad, el de una historia sin igual, la del sujeto y su pesar. Que ve como se destruye cada actuación, que ve como cada mañana no servía si actuaba mejor, era la precariedad del sin sentido argumental, es que debemos aceptar que quien escribe esta historia se a quedado sin un pluma y su musa para poder blasfemar, es la de un guionista y director que solo se frustra en cada ocasión…Era tan interesante la idea de este guión, que actuarlo era como si se viviera de esa utopía del sin razón, del loco y desmedro, como del sano y encierro. Es que nos acercábamos a la obra cúspide de la sociedad era la culminación de una celebre posibilidad, de cambiar el guionista y as u lenco primordial, pero no, solo quedo a segundo plano tal idea, y los que quisimos cambiar parte de esta historia quedamos relegados un segundo plano, siendo solo actores secundarios, que con la fuerza de una manad quisieron parar esta monopolización pero solo consiguieron una golpiza de esas que son si que sin razón. Pero no esta todo acabado, ahora dormiré pensado en mi mañana, en mi ayer, en esta escena que acabo de hacer, es que el frio de la noche se hace perpetuo , y las luces que rodean mi escenario debo decir que siempre fueron solo los focos de aquella avenida tan concurrida de ese céntrico lugar llamado ciudad, mi escenario se transformó en las calles de Santiago, y mi telón en mi hogar desterrado, mi actuación en un hablar que solo demostraba que somos actores sin papel que actuar y a cada paso que damos, vivimos y disfrutamos, a cada paso que actuamos dentro de nuestra historia fantasmal, es a lo que llamaremos nuestra sin pensar …… escena cotidiana fantasmal…….
Continuará…
Christopher Ramírez Matta.
