Fiesta, en tiempo y espacio…

martes, 1 de enero de 2008



Fin de año de ojos lagunosos, de tristeza encontrada y de respiros sin suspiro alguno, de pasados encontrados, de la naturaleza sucumbida y de un corazón detenido.

Otro año más que parte, con fiestas y platillos, con la alegría de lo nuevo y con la tristeza de antiguo, pasan las horas y cada uno se prepara, las tenidas son importantes al igual que cada recetas culinaria a demostrar. No puede fallar nada, es la culminación de tantos recuerdos, de tantas penas, como también alegrías. Memorias fragmentadas de un espacio sin vacío, tiempos sucumbidos por el estallido de la champaña, que con su mejor espuma baña a todo aquel que con jubilo acepta celebrar hasta no poder más.

Fin de año de encuentros, de reencuentros y de no encontrados, de la pena de lo no alcanzado y de la alegría de lo superado, es la triste historia, es la misma siempre, queremos más, esperamos que cada año sea mejor y mejor. Aquí estamos recordando lo bueno del año que se va, olvidando lo malo y que tan solo atrás fuese a quedar, resistiendo a cada manecilla del reloj que anuncian el termino y a la vez el comienzo... De tales minutos tan apasionantes de espera como lo son desde las 23:55 hasta las 24:20, son quince minutos de una extraña sensación, de un extraño color, como que el tiempo no avanza a la rapidez de lo normal, si no, que a una lentitud con la cual cada abrazo es infinito en este tiempo y espacio irreal.

Fin de año de miradas asfixiantes y de profundidades insospechadas, de proyectos en papel, de cada sueños por construir, ya que los anteriores ya rotos quedan en el baúl de los recuerdos, es otro que se va y otro año que nos queda; de sorpresas inhóspitas, de verdades no contadas y por que no de mentiras con sentido. Por ello deja que tal fuerza inexplicable nos abrace con tal desfachatez, esa de un tiempo que aun no existe y de un espacio que no existirá. Feliz año nuevo será la cita que nos quedara…



Christopher Ramírez Matta...